El cambio climático afecta a los medios de vida rurales, aumentado la inseguridad alimentaria en la población vulnerable de Centroamérica. Teniendo en cuenta estos desafíos, Zamorano a través del Departamento de Ambiente y Desarrollo, con el apoyo financiero de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación COSUDE y en coordinación con otros programas y organizaciones regionales llevaron a cabo el Congreso Regional Cambio Climático: Soluciones Prácticas a la Inseguridad Alimentaria en Centroamérica. El congreso se llevó a cabo del 18 al 20 de julio en el campus Zamorano y permitió a los participantes conocer y compartir soluciones prácticas aplicables a la región y que pueden ayudar a los pequeños productores agrícolas a hacer frente al cambio climático.
En el congreso participaron 16 representantes de Gobierno, 17 centros de educación superior centroamericanos, 26 organizaciones de sociedad civil y cooperantes en la región, junto a 18 expertos internacionales que presentaron los resultados de sus investigaciones y 109 estudiantes Zamorano. A través de conferencias, paneles, giras de campo, una feria demostrativa de tecnologías y otras actividades se cumplieron de manera satisfactoria los tres objetivos del Congreso: 1) intercambio de conocimientos sobre soluciones prácticas, 2) creación y fortalecimiento de alianzas entre las instituciones presentes, y 3) identificación de líneas temáticas prioritarias de investigación y vinculación universitaria; considerando siempre factores de cambio climático y reducción de riesgos ante desastres.
Entre las áreas temáticas abordadas sobresalen estrategias y medidas de adaptación al cambio climático en la ganadería y la producción de granos básicos, café y hortalizas. Además, se enfatizó en el uso de sistemas de información agroclimática que consideran el conocimiento local y ancestral para la construcción de modelos de cultivos y sistemas participativos de alerta temprana. Otra de las áreas transversales del congreso fue la agricultura sostenible adaptada al clima para el aumento de la resiliencia y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Gran parte de las soluciones compartidas se enfocaron en la promoción de prácticas de conservación de suelos, uso eficiente del agua, agroecología, diversificación de cultivos, sistemas agroforestales y silvopastoriles, y manejo de residuos; para así contribuir a la mejora de la calidad de los medios de vida, la seguridad alimentaria y los recursos naturales.
