Los años de la posguerra siguen estando marcados por las cicatrices del conflicto en Bosnia y Herzegovina. Los niños pequeños crecen con la exigencia de convertirse en “hombres verdaderos”, con todas las interpretaciones que ello implica sobre el papel y la naturaleza de las mujeres en la sociedad.
A un nivel más individual, cabe destacar que cuando a un niño se le dice que debe ser competitivo o incluso agresivo y, sobre todo, autónomo, entonces se muestra reacio a buscar ayuda para mantener una buena salud. En el peor de los casos, intentará desmarcarse de sus compañeros consumiendo tabaco o arriesgándose a mantener relaciones sexuales sin protegerse.
En resumen, los valores patriarcales subyacentes en Bosnia y Herzegovina conducen a graves problemas, tanto de violencia como de salud pública. Para tratar de abordar esta problemática y conseguir que las mentalidades evolucionen, la COSUDE cofinanza desde 2014 las actividades de la ONG Care International en el país. Se parte de la premisa que los hombres jóvenes deben estar directamente implicados en el esfuerzo de prevención de toda forma de violencia contra las mujeres y… contra ellos mismos.