Suiza–Bangladesh: 50 años de cooperación al servicio de la prosperidad
Este año Suiza y Bangladesh celebran 50 años de relaciones bilaterales que se iniciaron al crearse el Estado de Bangladesh en 1972. Desde entonces, Suiza ha acompañado a este Estado del Sur de Asia en su desarrollo económico y social. La embajadora de Suiza en Bangladesh, Nathalie Chuard, habla del compromiso de Suiza con un país que va viento en popa a pesar de las crisis.
El proyecto de desarrollo del mercado agrícola en las islas fluviales de Bangladesh procura ingresos adicionales a numerosos hogares. © Swisscontact, Sukanta Sahavv
«El agua es la madre de nuestro país. Trae la vida, no la muerte», dice un proverbio bengladesí. De hecho, el clima tropical con una estación seca y otra lluviosa garantiza tres cosechas de arroz al año y suelos fértiles. Pero las fuertes lluvias monzónicas y los ciclones con inundaciones son una peligrosa realidad de vida para la población. Por su situación geográfica en el mayor delta fluvial del mundo, a pocos metros sobre el nivel del mar, este país densamente poblado del Sur de Asia está especialmente expuesto a los efectos del cambio climático.
La embajadora de Suiza en Dhaka, Nathalie Chuard, afirma: «Bangladesh se enfrenta a muchos de los retos globales actuales, además de al cambio climático. Por eso, queremos continuar nuestra cooperación y apoyar al país particularmente en la adaptación al cambio climático.»
Un partenariado sólido desde hace 50 años
«El año 2022 es un año muy especial para Bangladesh y Suiza puesto que nuestras relaciones bilaterales cumplen 50 años», explica Nathalie Chuard. Desde la creación de Bangladesh, se ha ido forjando un sólido partenariado en muchos ámbitos: desde la ayuda humanitaria y la cooperación internacional hasta las cuestiones políticas y culturales, pasando por el comercio y la inversión. Las relaciones han evolucionado con el tiempo al igual que también han ido cambiando el mundo y Bangladesh.
La embajadora describe la postura de estos dos países ante los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la siguiente forma: «Suiza y Bangladesh comparten el compromiso común con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y la visión de un mundo que no deje a nadie atrás.» Opina que, dado que el tiempo apremia, ahora, después de la pandemia, es necesario redoblar los esfuerzos para alcanzar los objetivos fijados. «Los Objetivos de Desarrollo Sostenible siguen siendo el centro de nuestro compromiso y la brújula que guía nuestras acciones», puntualiza Chuard.
En el marco de la cooperación internacional, Suiza ha invertido hasta ahora más de mil millones de francos en programas en los ámbitos de gobernanza democrática, migración laboral, agricultura, ingresos y desarrollo económico. Desde 2017, nuestro país también ha prestado una importante ayuda humanitaria para afrontar la crisis de los refugiados rohingya y destinado más de 50 millones de francos a apoyar a los refugiados y a las comunidades de acogida.
Mejorar los ingresos de los pequeños agricultores de las islas fluviales
Con el propósito de ayudar a la población marginada, se han creado nuevos partenariados con el sector privado. Un buen ejemplo de ello es el actual proyecto implementado en las islas fluviales del norte de Bangladesh.
Millones de pequeños agricultores extremadamente pobres que viven en las islas fluviales o chars en el norte de Bangladesh se ven periódicamente obligados a mudarse a vivir a otro lugar porque el río inunda sus tierras de cultivo. Las condiciones ambientales son difíciles y, además, esta zona carece de un verdadero mercado agrícola, mano de obra cualificada y un sector de servicios. A través del proyecto «Making Markets Work for the Chars», implementado por Swisscontact bajo el mandato de la COSUDE y del Ministerio de Gobierno Local y Desarrollo Rural de Bangladesh, se han encontrado nuevos inversores y proveedores de servicios. De esta forma, en diez años alrededor de 200.000 hogares han logrado mejorar sus ingresos.
«He visto la gran diferencia que este proyecto ha supuesto para los chars y me ha impresionado el afán de los agricultores isleños por aprovechar sus oportunidades», resume sus impresiones Nathalie Chuard.
Bangladesh: un país viento en popa
Aunque todavía gran parte de la población apenas puede cubrir sus necesidades básicas, el volumen de la economía bangladesí se ha quintuplicado en las últimas décadas. Natalie Chuard recalca: «Las empresas suizas, conocidas aquí por la calidad y fiabilidad de sus productos y servicios, también han favorecido la creación de empleo y el crecimiento económico del país.»
El país también está avanzando en desarrollo social, salud y educación: la mortalidad materno-infantil ha descendido considerablemente y la esperanza de vida ha aumentado. Las mujeres desempeñan un papel importante en la economía y en la sociedad y existe una escolaridad obligatoria para los niños y niñas.
«Bangladesh está en una encrucijada. Se espera que para 2026 el país salga de la categoría de país menos desarrollado. En consonancia con el nuevo programa de cooperación con Bangladesh 2022-25, aspiramos a una transición sostenible e inclusiva. También vemos un gran potencial para ampliar las relaciones comerciales y de inversión, así como para intensificar los partenariados en tecnología y conocimiento», concluye la embajadora.