Desde el comienzo del conflicto entre las Fuerzas Armadas de Sudán y las Fuerzas de Apoyo Rápido en abril de 2023, Sudán se ha visto sumido en una de las peores crisis humanitarias en curso. El conflicto ha agravado una situación humanitaria ya desastrosa, especialmente en los estados de Jartum, Darfur y Kordofán. Las necesidades humanitarias alcanzan cifras sin precedentes en todo el país. Según la ONU, 24,8 millones de personas – es decir, la mitad de la población – necesitarán ayuda humanitaria en 2024. Esta cifra triplica la población de Suiza y supone un aumento de nueve millones de personas en relación con el año anterior.
Esas personas carecen de acceso a bienes y servicios básicos como alimentos, agua, vivienda, electricidad, educación, atención sanitaria y nutrición. La población ha quedado abandonada a su suerte sin que se hayan establecido verdaderas medidas para protegerla de los riesgos que amenazan su integridad física y psíquica. Desde el inicio de la crisis han aumentado de forma notable las violaciones, la violencia y el acoso sexuales. Millones de mujeres y niñas corren mayor riesgo de sufrir violencia.
Desplazamiento masivo de la población
Antes del estallido del conflicto, Sudán ya contaba con unos 3,8 millones de desplazados internos. La gran mayoría de esas personas se encontraban en la región de Darfur, donde la situación de seguridad es inestable desde hace casi dos décadas. La crisis actual ha reavivado las tensiones interétnicas latentes, provocando nuevos desplazamientos.
Además, Sudán acogió a más de un millón de refugiados de los estados vecinos. Entre ellos, más de 800 000 ciudadanos sursudaneses, y también personas procedentes de Eritrea y Etiopía. Muchos de ellos han rehecho el camino en sentido inverso para regresar a su país de origen. A finales de enero de 2024, más de 1,7 millones de personas habían cruzado las fronteras hacia Egipto, Chad y Sudán del Sur, países que afrontan sus propios grandes desafíos humanitarios y dificultades relativas al cambio climático y la seguridad.
Actividades más numerosas, flexibles y regionales
La COSUDE, que ha estado activa en Sudán desde hace muchos años, organiza sus actividades en el país a distancia desde el cierre temporal de la embajada de Suiza de Jartum, a finales de abril de 2023, a raíz de los constantes enfrentamientos en la capital. Esta situación no ha impedido a la COSUDE ofrecer medios adicionales para satisfacer las necesidades exponenciales de Sudán y sus países vecinos.
En 2023, Suiza destinó cerca de 64 millones de francos suizos a la región; un tercio, a las actividades humanitarias de Sudán, y dos tercios, a los países limítrofes afectados por el conflicto. La COSUDE ha efectuado algunas reasignaciones presupuestarias y ha demostrado, junto a sus contrapartes, una gran flexibilidad al reprogramar una parte de las actividades a fin de proporcionar más medios para la respuesta humanitaria.