¿Cómo valora usted el hecho de que ambas partes hayan pedido a Suiza apoyo en las negociaciones?

La petición de las partes es un claro voto de confianza en Suiza y en su política de paz. Y se debe también a sus años de presencia en el terreno. Suiza lleva más de 20 años trabajando en la política de paz en Colombia y apostó por el diálogo también en tiempos menos abiertos a las negociaciones. Contamos con un vasto programa de cooperación, concentrado en la promoción de la paz.

Suiza apoyó la negociación del Acuerdo de Paz de 2016 con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP) y, desde entonces, ayuda en la implementación de dicho Acuerdo. Desde noviembre de 2022, acompaña las negociaciones entre el Gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), con un papel oficial de país acompañante, junto a Alemania, Suecia y España. Nuestro escaño en el Consejo de Seguridad de la ONU nos permite asimismo ejercer una influencia positiva en Nueva York.

Nuestro compromiso es apreciado y Colombia tiene una gran confianza en Suiza, como el mismo Presidente Petro subrayó con ocasión de la visita a Colombia del Presidente de la Confederación, Alain Berset, en agosto de 2023.

¿Qué tareas le competen a Suiza como país garante en las negociaciones de paz en Colombia?

Fundamentalmente, además de su presencia en la mesa de negociaciones, el apoyo político y técnico en las negociaciones, así como la prestación de buenos oficios en los momentos difíciles. Con su presencia y un intercambio regular directo con las partes, los países garantes ejercen una influencia positiva en las negociaciones. Para los países garantes será sustancial apoyar el proceso de manera conjunta y coordinada. Otros elementos importantes para Suiza son el respeto del derecho internacional humanitario, los derechos de las víctimas, la participación de la sociedad civil y la inclusión de las mujeres en el proceso de paz, así como el respeto del Acuerdo de Paz de 2016 y la complementariedad de los procesos de negociación en el marco de la política integral de paz del Gobierno colombiano.

Suiza lleva más de 20 años apoyando el proceso de paz en Colombia. ¿Qué se ha conseguido hasta ahora?

El Acuerdo de Paz de 2016 con las extintas FARC-EP es un acuerdo muy completo e inclusivo, también comparado a escala internacional y a lo largo de los años. Actualmente, se encuentra en proceso de implementación.

Se lograron avances importantes en el ámbito de los derechos de las víctimas: la Comisión de la Verdad publicó su Informe a mediados de 2022 y elaboró recomendaciones para el Estado. La Jurisdicción Especial para la Paz y la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas siguen trabajando activamente en el tratamiento del pasado.

A mediados de 2017 finalizó el proceso de dejación de las armas de las FARC-EP. En aquel momento, 7.000 combatientes de las FARC-EP y 6.000 milicianos y milicianas se sumaron a este proceso. Entretanto, las extintas FARC-EP se han transformado en un partido político, y muchos y muchas excombatientes están en vías de reincorporación.

Las negociaciones con el ELN pudieron reanudarse en noviembre de 2022, tras la interrupción de 2019. Con el cese al fuego de agosto de 2023 y la instalación de un Comité Nacional de Participación para involucrar a la sociedad en el proceso de paz, ya se han logrado importantes avances.

¿Dónde ve usted los mayores obstáculos para una paz completa?

La situación de la seguridad sigue siendo un desafío. En muchas regiones del país reina aún la violencia, incluso tras el fin del conflicto armado con las extintas FARC-EP, con graves consecuencias humanitarias para la población civil. Excombatientes, líderes sociales y defensores y defensoras de derechos humanos son asesinados con regularidad. Desde la firma del Acuerdo de Paz fueron asesinados 400 excombatientes, razón por la cual, el Consejo de Seguridad de la ONU aborda periódicamente esta cuestión.

La política de paz integral «Paz Total» del Gobierno del Presidente Petro se basa en experiencias que enseñan que los procesos de paz que se centran en determinados grupos armados entrañan el riesgo de contribuir al fortalecimiento militar de otros grupos. En vista de lo cual, el gobierno quiere llevar a cabo negociaciones con todos los actores armados existentes, además de la implementación efectiva del Acuerdo de Paz de 2016. El inicio de las negociaciones de paz con el Estado Mayor Central de las FARC-EP (EMC FARC-EP) y la firma de un cese al fuego son pasos importantes.

Llevar a cabo en paralelo varias negociaciones de paz y coordinar estos esfuerzos constituye un reto no solo desde el punto de vista logístico sino también político y sustancial. El proceso de paz sufrirá reveses y desafíos. No obstante, Colombia es actualmente uno de los pocos casos exitosos en la construcción de paz y la resolución de conflictos en todo el mundo. Existe una clara voluntad política y una dinámica positiva, reforzada por la presencia de la ONU sobre el terreno y el estrecho seguimiento por parte del Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York.

Desde el punto de vista operacional, es la DPDH quien coordina por parte suiza el apoyo al proceso de paz. ¿Cómo tenemos que imaginarnos este apoyo? ¿Hay permanentemente alguien de su División sobre el terreno? ¿O el apoyo tiene lugar sobre todo a través de la Embajada?

La coordinación general se realiza en la DPDH a través del Rapid Action Team convocado por mí, que coordina, además, la cooperación entre Bogotá y Berna. A finales de 2022, designé también un enviado especial, que acompaña y apoya los procesos junto con el Embajador Eric Mayoraz, con nuestra Asesora de Seguridad Humana sobre el terreno y con toda la Embajada en Bogotá.

Además de Colombia, ¿En qué otros países participa actualmente la DPDH en procesos de paz?

Trabajamos en diversos procesos de paz, y con nuestra veintena de programas de paz en diferentes contextos contribuimos con nuestra propia experiencia a la prevención y resolución de conflictos violentos. Y además aprovechamos las oportunidades y peticiones de mediación y apoyo al diálogo. En 2023. seguimos apoyando activamente la implementación de acuerdos de paz en Sudán del Sur y en Mozambique. Además, Suiza apoya activamente el diálogo, por ejemplo, en Myanmar o en el contexto de Abjasia. Apoyamos también el proceso de normalización Kosovo – Serbia.

Asimismo, trabajamos en la prevención de conflictos. En la región de los Grandes Lagos, Suiza interviene en la facilitación del diálogo con grupos armados no estatales. Sin embargo, en otros contextos tuvimos que adaptar nuestro compromiso en 2023, por ejemplo, en Sudán, y Camerún. En 2023 recibimos tres nuevos mandatos, que implementamos con objetivos concretos y de forma discreta.

En Ucrania, el foco se centró en 2023 en las necesidades de seguridad y justicia por parte de la población. La DPDH promueve, por un lado, la documentación de crímenes por parte de organizaciones locales y multilaterales, incluida la Corte Penal Internacional. Por otro lado, aboga por las medidas de reparación integral, como la búsqueda e identificación de personas desaparecidas, que afectan a todas las partes en conflicto, siendo, por tanto, de interés para la política de paz.

Además de las actividades directas de mediación, Suiza refuerza con su experiencia a las organizaciones multilaterales y regionales. Los procesos de paz facilitados por la ONU para Siria y Libia se beneficiaron de ello, al igual que el Fondo para la Consolidación de la Paz de la ONU, activo en más de 30 países.