El nivel de corrupción en Kosovo es notable. De hecho, según el Índice de percepción de la corrupción 2015, el país se sitúa en el último puesto de los Balcanes Occidentales. El fenómeno afecta al sistema por completo, desde gobiernos y administraciones locales hasta sistemas de justicia y salud. Por otra parte, debilita las instituciones democráticas y obstaculiza el desarrollo económico, perjudicando así a cientos de miles de ciudadanos. El joven Estado, que actualmente está dotando a su administración pública de estándares modernos, dispone en este proceso de recursos limitados para luchar contra esta calamidad, además de recibir apenas apoyo por parte de las autoridades políticas, poco dispuestas al cambio.
Junto al gobierno danés, la COSUDE cofinancia un proyecto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el cual trata de reducir la corrupción administrativa así como los abusos de poder en las burocracias y en el ámbito de la justicia. Se dedica a sensibilizar a los ciudadanos sobre la importancia de su compromiso. Al ejercer presión en favor de instituciones transparentes y responsables se fomenta el nacimiento de una voluntad política.